UNA INICIATIVA DE

Prevención del suicidio 

La muerte por suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en España, doblando las muertes por accidentes de tráfico.

Todas las personas hemos podido ver, en alguna ocasión, campañas de la DGT para la prevención de accidentes, e incluso podemos tener nociones acerca de qué hacer o qué no hacer si presenciamos o sufrimos uno.

Entonces, siendo la muerte por suicidio la primera causa de muerte no natural en España, ¿por qué no hablar y visibilizar el suicidio?

No hace falta, al igual que con los accidentes, que nos toque un caso de cerca, para poder aprender cómo podemos acompañar a las personas que sufren y que pueden tener ideación o conductas de suicidio, pues en la base de la persona que tiene ideación suicida está el sufrimiento, y todas las personas sufrimos o hemos sufrido alguna vez. 


Señales de alarma 

Existen distintas señales que, si son detectadas a tiempo, pueden prevenir que la ideación se convierta en conducta suicida. Estas señales pueden ser tanto mensajes directos (verbalización de ideas, conductas de riesgo, pensamientos…) como indirectos (cambios repentinos, ocultación, nuevas conductas que no se identifican con la persona o con su momento actual…). 

A continuación te presentamos algunas de las señales a tener en cuenta para detectarlo: 

  • Presencia y/o apariencia física descuidada/desmejorada. 
  • Cambios conductuales repentinos (tanto para bien como para mal, es decir, extremos opuestos). 
    • Por ejemplo, pasar de presentar mucho malestar a de repente parecer estar tranquila/o, pérdida de interés por aficiones, responsabilidades… 
  • Despedidas, ya sea a través de cartas, mensajes, regalos de valor, poner en orden el testamento, palabras que utilice…
    • Por ejemplo: “que sepas que todo este tiempo me has ayudado mucho…”
  • Comentarios como “no sirvo para nada”, “si me fuera daría igual”, “ojalá desaparecer”, “soy una carga”, “estoy cansada/o de luchar”, “nadie me quiere”, “todo el mundo estaría mejor sin mí”, “si algún día me pasa algo…”… 
  • Tener conductas de riesgo o ponerse en peligro (dejar de comer, conducción temeraria, abuso de sustancias, autolesiones…).
  • Que la persona tenga un método o un plan establecido para quitarse la vida, cuanta mayor elaboración tenga, mayor será el riesgo. 

Hablar, el primer paso de la prevención 

Hay muchas creencias en torno al suicidio que limitan el que se pueda hablar de ello y que podamos ponerle cada vez más voz al sufrimiento y desesperanza, que llevan arrastrando las personas que pueden llegar a tener ideación o conducta suicida.

Poder hablar de manera libre de ello, sin miedo a ser juzgada o desvalorizada, les permite sentir que no están solas, que la sociedad no las culpa de su dolor, que su sufrimiento puede ser acompañado, que pueden hablar de ello y pedir ayuda. 

Seguro que has escuchado o piensas que “quien se suicida se quiere morir”. Pues bien, eso no es cierto. Nadie quiere morir, y mucho menos matarse; lo que quiere es dejar de sufrir. No es que no quiera vivir, es que no puede.

 Nadie que es feliz se suicida. Para recuperar el deseo de vivir hay que paliar ese sufrimiento.

Otra creencia errónea es que “hablar del suicidio incita a hacerlo”, cuando la realidad es que abordarlo de una manera adecuada facilita la superación de las ideas suicidas. 

Por último (aunque podríamos seguir enumerando), existe la creencia de que “quien lo hace no lo dice y quien lo dice no lo hace”. Muchos suicidios están precedidos por señales de alerta, que nunca deben perder valor. Ningún intento debe interpretarse como una llamada de atención, sino como una petición de ayuda. De hecho, las llamadas de atención deberíamos interpretarlas como tales, ¡démosles atención! 

Piénsalo, ¿crees que si hablamos de embarazos va a haber más mujeres embarazas de repente? ¿Si hablamos de accidentes de tráfico va a haber más muertes por accidente? La respuesta es clara: NO.

Entonces, ¿por qué tener información clara sobre el suicidio va a hacer que aumenten los suicidios? Realmente, lo que está haciendo que haya personas que elijan acabar con su vida es la desinformación

Existen dos formas de observar a nivel social el suicidio:

Por un lado están las vías de información no verificadas, como “retos” en redes sociales o la romantización del suicidio (efecto Werther o efecto Copycat), en definitiva, una mala vía de información sobre el suicidio.

Por otro lado está el efecto Papageno, que refleja la importancia de transmitir bien la información, reforzando el valor de buscar información en sitios especializados y veraces con un equipo de salud física y mental detrás. 

Hablar sobre suicidio no provoca que haya más suicidios, la importancia radica en hablar y transmitir bien la información. Transmitir salidas, mensajes de esperanza. Transmitir información veraz y muy medida. Se habla poco, y hay que hablarlo más y mejor.

El suicidio se puede prevenir, como los accidentes de tráfico o los homicidios, pero hacen falta políticas y programas de prevención. Hay que hacerlos. 

Es importante incidir en la población anciana, ya que la soledad no deseada forma un papel fundamental en sus vidas, y en la adolescente, donde nos encontramos con una etapa vital de desarrollo de la identidad propia. 

Es necesario proporcionar pautas prácticas de actuación para toda la sociedad, pues el suicidio no es problema de unas pocas personas, es problema de todas.

¿Cómo puedes ayudar tú como familiar/ amigx/ persona cercana?

  • Habla de manera clara y directa sobre suicidio. 
  • Muestra disposición de escucha, ofrece un espacio a la persona a que hable acerca de cómo se siente. 
  • Acepta cómo se siente, sin juzgar, sin cuestionar, simplemente, deja que se exprese. A veces, se hace más simplemente estando que diciendo. Muéstrate disponible, muestra tu interés y ofrece tu apoyo. 
  • Explica que hay alternativas como buscar ayuda profesional, ya que, como hemos comentado anteriormente, la persona quiere acabar con su sufrimiento, no con la vida. Es importante hacerle ver que escoger el suicidio es una alternativa a vivir, pero no a dejar de sufrir. 
  • Intenta no dar consejos o tips que invalidan o incluso reflejan una positividad tóxica. 
  • Si hay algún elemento de riesgo, retíralo o contrólalo. 
  • Procura no dejar sola a la persona, pero evita a su vez la invasión excesiva. 
  • Crea una red de apoyo alrededor de la persona para estar disponibles. 

Hay que evitar gritar, hablar de forma alterada o recurrir a frases y tópicos generales que no ayuden a abordar el problema concreto, ya que se puede generar el efecto contrario. También se debe tener especial cuidado en no hacer sentir a la persona culpable o inútil. 

Recuerda que puedes pedir ayuda a más personas si sientes que no puedes acompañarle solx.

Si eres tú quien está teniendo ideas acerca del suicidio: 

  • Recuerda que no estás sola, hay organismos y servicios a tu disposición para poder acompañarte en la manera que necesitas. Estamos aquí para ti.
  • Puedes comunicar tus pensamientos y emociones a una persona de confianza o a algún profesional. 
  • Intenta tomar distancia de cualquier medio a través del cual pudieses hacerte daño. 
  • Ten a mano una lista con nombres de personas con las que puedas hablar cuando sientas que te asaltan los pensamientos en torno a la muerte o cuando sientas que “no puedes más”. 
  • Genera un listado con actividades diarias que puedas hacer, escríbelas y tenlas siempre en un lugar visible y a mano. 
  • En caso de peligro inminente, puedes dirigirte a los servicios de urgencias del hospital más cercano o llamar al 112 o 091. 
  • Existen recursos especializados en suicidio, desde Somos Estupendas, te ofrecemos esta información en otro de nuestros artículos. 

Si estás leyendo esto, es porque tú también eres parte de esta sociedad, por lo tanto, a ti también te toca movilizarte frente al suicidio. No lo sientas como algo ajeno. 

Porque no lo olvides: 

El suicidio, solo puede ser prevenido, o llorado.

Psicóloga especializada en Trauma, Apego y Disociación.

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