UNA INICIATIVA DE

Ideación suicida, ¿qué hacer?

Ideación suicida, ¿qué hacer?

A veces el sufrimiento continuado deriva en un sentimiento de que la vida no merece la pena, que nada o nadie puede ayudarte, que nada va a cambiar y que la única manera de acabar con todo el malestar es dejar de vivir.

Es común que el hastío vital y la desesperanza se manifiesten con síntomas como la falta absoluta de energía, cambios bruscos de humor, desinterés por la vida, trastornos del sueño y un deseo de morir que difícilmente se puede apartar de la mente.

Conscientes del sufrimiento y la desorientación que genera tal sensación, consideramos necesario poder ayudarte a que sepas qué puedes hacer. Por ello, te dejamos algunas ideas o recomendaciones importantes:

  • Las crisis de suicidio suelen ser transitorias:

En un momento tan difícil, que es normal que solo pienses en el suicidio como la solución a esta situación. El sufrimiento continuado es muy agotador y es lógico que quieras acabar con él, pero debes saber que, aunque ahora no puedas ver otra alternativa para ponerle fin al dolor, no significa que no la haya, solo que tú por la situación en la que te encuentras, no la puedes ver en ese momento. Esto no significa que más adelante, no puedas encontrarla. 

  • Busca activamente la conexión y humanidad compartida con quienes han pasado por tu situación:

A veces, el deseo de morir hace sentir a la persona incomprendida o sola. Es importante sentirnos acompañados y entendidos en nuestro sufrimiento. Conocer otros casos sobre suicidios bien tratados, y contactar con personas que han pasado por la misma situación, pero que actualmente están contentas de no haber tomado la decisión de suicidarse puede tener un impacto positivo y preventivo para ti. 

  • Aprenda más sobre lo que está pasando:

Comienza por conocer los síntomas del agotamiento y las señales de advertencia del suicidio. Sé honesta contigo al evaluar tus propios pensamientos y sentimientos. No tengas miedo a reconocerlos, incluso si crees que tus problemas son “demasiado pequeños”.

A veces, puede ser útil, escribir un diario en el que anotar cómo nos sentimos y prestar atención a la intensidad y frecuencia con la que aparecen este tipo de pensamientos. Esto puede ayudarnos a expresarlos, a comprobar si son transitorios o no, y a prestarles la atención que merecen. Si algo te afecta negativamente o te impide vivir emocionalmente “bien”, importa.

  • Exprésate:

Si tienes pensamientos sobre querer suicidarte, necesitas hablar de ello con alguien, aunque al principio creas que no servirá de nada. 

Este es un primer paso crucial en el proceso de mejora. Es muy válido que tengas pensamientos suicidas, pero no está bien mantenerlos en secreto. No tengas miedo a pedir ayuda. El hacerlo o no es determinante en tu mejoría. La ayuda está disponible y existen muchos recursos de apoyo.

Puedes hacerlo con algún amigo o miembro de la familia de confianza, con tu Médico de Atención Primaria, contactar con algún profesional de salud mental, con tu profesor/a, tutor/a, o con algunos de los recursos que ofrecemos más abajo.

  • Busca ayuda especializada lo antes posible:

A veces, aunque poder expresarnos pueda resultar un alivio, nuestros familiares o amigos no tienen el conocimiento suficiente para saber cómo ayudarnos de la mejor manera posible, dado que no son profesionales.

Por ello, es fundamental que puedas acudir a un especialista (profesional de la salud mental). Incluso acudir a estos servicios, puede ayudar a tu entorno a gestionar cómo poder ayudarte mejor.

En situaciones de emergencia, en las que el peligro es inminente, es importante que acudas a tu médico o centro de salud de referencia o llames a un servicio de atención médica telefónica (061 o 112), o al teléfono de la Esperanza (tienen teléfono de crisis 24 horas en las principales poblaciones españolas).

  • Cuida tu salud física:

En momentos de estrés negativo o después de un evento importante de la vida, es importante prestar atención a nuestro cuerpo. La salud mental y física están profundamente conectadas.

La alimentación, el ejercicio físico, el mantenimiento de rutinas, cuidar el hábito de sueño-vigilia, etc. tiene una influencia muy importante en el mantenimiento de cierta estabilidad en el estado de ánimo, mediante la liberación de ciertas sustancias en el cerebro.

Si los problemas de salud son parte del problema que está generando este sufrimiento, es importante consultar a un profesional de la salud mental que pueda ayudarte a integrar y adaptarte a tu nueva realidad física.

En general, ya sabemos que el uso de drogas no es recomendable, pero en situaciones de crisis aún menos. Las sustancias tóxicas (drogas, alcohol…) tienen un efecto depresógeno en el sistema nervioso, en alguna de las etapas del consumo, lo que tiende a aumentar el malestar a largo plazo. Además, pueden llevarte a tomar decisiones que no tomarías en el ejercicio de tus plenas facultades.

  • Postergar la decisión en momentos de crisis:

Como hemos mencionado ya, en muchas ocasiones, el suicidio es una “solución” permanente para una situación de sufrimiento que en muchas ocasiones es temporal.

Por este motivo, es importante posponer cualquier decisión acerca del suicidio: cuando la persona es capaz de posponer su decisión tan solo 24 horas, generalmente, la “urgencia” de querer acabar con la vida pierde intensidad.

Asimismo, el ser capaz de controlar las situaciones de emergencia, permite ir ganando confianza y seguridad en la gestión de situaciones difíciles, lo que permite ganar recursos para resolver la situación que nos está originando tal sufrimiento.

  • Eliminar el acceso a medios letales:

Si los pensamientos suicidas toman forma, y empieza a planificarse el comportamiento suicida, es importante que retiremos todos los elementos que podrían ser potencialmente dañinos (como cuchillos, armas de fuego o medicamentos). Pide a un amigo o familiar que los guarde hasta que puedas sentirte mejor. 

  • Permanece acompañada:

Hasta que los pensamientos sobre el suicidio disminuyan, es una forma de garantizar la propia seguridad, y de comprometernos con la vida. 

  • Vivir en el presente:

Trata de centrarte en el día a día. Pensar más allá puede ser abrumador si sientes

que tiene muchas dificultades y no te ves capaz de afrontarlas actualmente. Para ello, puedes practicar la gratitud, practicar meditación, respiración, espacios de autocuidado (lectura, higiene, etc).

  • No te exijas:

Evita hacer cosas que no te salen bien o encuentras difíciles hasta que te encuentres mejor. Planifica actividades diarias, escríbelas y ponlas en un lugar visible. Incluye algunas actividades diarias que te resulten asequibles de hacer en el momento en el que te encuentras, durante poco tiempo y que te gusten.

  • Razones para vivir:

Piensa en todos los momentos o personas importantes que te han ayudado a superar otros momentos difíciles. Esos son precisamente los motivos por los que también merece la pena vivir, aunque ahora no seas capaz de verlo hasta que el sufrimiento que estás experimentando pase.

  • Crea un plan de seguridad:

Tener un plan de seguridad en marcha durante un momento de vulnerabilidad emocional o en crisis es una manera de ayudarte a controlar pensamientos y sentimientos, y una forma rápida de derivarte a ti mism@ para obtener la ayuda que necesitas en un momento de crisis. A continuación, te dejamos un ejemplo de un “Plan de seguridad” para que puedas usarlo de modelo y compartirlo con cualquier persona que pertenezca a tu red de apoyo.

Y por último, si tienes pensamientos suicidas, debes saber que:

Tener pensamientos de suicidio no es inusual, ni vergonzoso. La mayoría de las personas que sufren ideas suicidas en algún momento de sus vidas se recuperan, y son capaces de vivir una vida plena. Obtener ayuda profesional es crucial en este sentido, y acudir a varios recursos de apoyo especializados marca la diferencia para superar estos momentos difíciles.

Referencias:

https://consaludmental.org/publicaciones/Laconductasuicida.pdf

http://papageno.es/wp-content/uploads/2019/12/Gui__a_digital.pdf

Psicóloga General Sanitaria

1 comentario en «Ideación suicida, ¿qué hacer?»

  1. Muchas gracias por crear este espacio. He sufrido una depresión mayor y voy a realizar el curso que ofrecéis, tanto para mí como para poder ayudar a los demás.
    Un saludo,
    Beatriz

    Responder

Deja un comentario